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lunes, 7 de abril de 2014

De amores fugaces

No fue en verano precisamente. Fue hoy. Más gris, más mojado el día, más apuntaban mis zapatillas a la calle. Me las puse reconociendo el placer que me provocaba. Abrí la puerta de casa y en la esquina lo ví.
Nos cruzamos las miradas. Y el pacto fue a primera vista. Hicimos un tramo juntos, sin decir nada. Solo disfrutamos de nuestras compañías. Tal vez presentíamos nuestras soledades, nuestros desengaños, mojados, sin abrigo y con el corazón herido. Pero los dos sonreíamos. Por momentos se adelantaba a mis pies, y por momentos iba detrás. A la par cruzábamos charcos. Nos disfrutamos sin haber mediado ni siquiera una palabra...un gemido, sólo se trataba de armonizar los pasos. Tomamos agua en el Parque San Martín y continuamos el viaje.
Ahí me animé a decirle: "Mirá que voy a pagar el alquiler. No podemos ir muy lejos juntos". Pero no respondió y me siguió los pasos como si fuera un erudito en amores fugaces. Cruzamos juntos otra plaza. Doblamos a la izquierda y a media cuadra paré para decirle: " Bueno, ya llegué. Gracias por la compañia. Hasta siempre." Pagué el alquiler y cuando salí de la oficina, él ya no estaba.( A decir verdad, muy en el fondo abrigué la esperanza, que estuviera ahi, para continuar el camino juntos) . Como si fuera un instinto de supervivencia, o una disfrazada resignación, me dije: "Seguro que los dos seguiremos corriendo, y algún día nos volveremos a cruzar".





4 comentarios:

  1. Nunca te diría que no para salir a entrenar, son buenos compañeros.

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  2. Qué bonito Susana!!! Espero que todo os salga bien en la ultra. Un abrazo enorme amiga.

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    1. Gracias Francisco! La próxima semana lleno de fotos los blogs, google + y toda red social que ande por ahi, jaja!!! Un abrazo ultra!!!

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